Olga Manzano y Manuel Picón

De tus caderas a tus pies,
quiero hacer un largo viaje.

Llego a tus rodillas de redonda dureza,
como las cimas de un claro continente.
Aqui hay una montaña, no saldre nunca de ella.

Hacia tus pies resbalo,
a las ocho abertura de tus dedos,
agudos, lentos, peninsulares.

Voy por estas colinas,
son del color de avena.
Tienen delgadas huellas,
que solo yo conozco.

Y caigo en el vacio,
de tu sabana blanca.
Busco ciego y hambriento,
tu contorno quemante,
Busco ciego y hambriento,
tu contorno quemante.
Y caigo en el vacio,
de tu sabana blanca.

Por tus piernas desciendo,
construyendo una espiral
o durmiendo en el viaje.

Llego a tus rodillas de redonda dureza,
como las cimas de un claro continente.
Aqui hay una montaña, no saldre nunca de ella.
Y una rosa y un crater, desciendo, me decido.

Hacia tus piues resbalo,
a las ocho aberturas de tus dedos
agudos, lentos, peninsulares.

De tus caderas a tus pies,
quiero hacer un largo viaje.
Y caigo en el vacio de tu sabana blanca.
Busco ciego y hambriento,
tu contorno quemante.

Aqui hay un montaña,no saldre nunca de ellla.
Y una rosa y un crater, desciendo, me decido.

Tus piernas, tus rodillas,
tus dedos agudos,
lentos, peninsulares.
Tu contorno quemante.

Voy por estas colinas,
son del color de avena.
Tienen delgadas huellas,
que solo yo conozco.

fin.